Modelos de participación para niños, niñas y adolescentes

Los diferentes modelos de participación de NNA permiten comprender y estructurar los grados de involucramiento en los procesos de sus decisiones. Estos enfoques destacan la importancia de crear espacios donde los NNA no solo sean escuchados, sino que también puedan influir y tomar decisiones que afecten sus vidas. Conocer estos modelos en  residencias de protección es relevante para promover y potenciar la participación de NNA y garantizar el respeto de sus derechos.

Escalera de Participación de Hart (1992)

Este modelo propone una “escalera” que incluye ocho niveles de participación, desde la manipulación hasta la plena colaboración. Cada escalón representa un grado de involucramiento, donde el rol de los NNA va creciendo en autonomía y capacidad de decisión.

  1. Manipulados: Los NNA son utilizados para cumplir fines que no comprenden ni controlan.
  2. Decorativos: Son incluidos solo para dar una imagen de inclusión, pero no participan activamente.
  3. Tokenizados: Se da una falsa apariencia de participación, pero sus opiniones no tienen impacto real.
  4. Asignados e informados: Los NNA participan en actividades predeterminadas, con información adecuada, aunque sin tomar decisiones.
  5. Consultados e informados: Se les consulta y se les informa sobre los proyectos, y sus opiniones empiezan a influir.
  6. Iniciado por adultos con decisiones compartidas: Los adultos lideran, pero comparten la toma de decisiones con los NNA.
  7. Iniciado y liderado por NNA: Los NNA diseñan y ejecutan sus propias acciones sin intervención adulta.
  8. Decisiones compartidas entre NNA y adultos: Es el nivel más alto, donde ambos colaboran de manera equitativa en la toma de decisiones.

Modelo de Tredesser (1997)

Tredesser introduce cinco grados de participación, organizados por el nivel de control que tienen los NNA en las decisiones y en la ejecución de proyectos.

– Los adultos deciden y los NNA son voluntarios: Participan sin intervenir en la toma de decisiones.

– Adultos diseñan y NNA son consultados: Se les pide su opinión, aunque el control sigue en manos de los adultos.

– Iniciado por adultos con decisiones compartidas: Similar al modelo de Hart, las decisiones se dividen entre ambas partes.

– Iniciado y dirigido por NNA con asesoría adulta: Los NNA lideran el proyecto, pero cuentan con el apoyo de adultos.

– Iniciado y dirigido por NNA sin intervención adulta: Los NNA controlan completamente el proceso.

Modelo de Shier (2001)

Este enfoque presenta cinco niveles de participación enfocados en el grado en que se escuchan y se valoran las opiniones de los NNA.

– Escuchados: Los NNA son escuchados, pero no se les pide opinión.

– Opinión solicitada: Se les motiva a expresar su opinión.

– Opinión tomada en cuenta: Las opiniones de los NNA son consideradas en el proceso.

– Involucrados en la toma de decisiones: Participan directamente en la toma de decisiones.

– Comparten poder y responsabilidad: Tienen el mismo nivel de control que los adultos en las decisiones.

Modelo de Lundy (2007)

Lundy ofrece un marco basado en cuatro dimensiones que aseguran una participación efectiva y respetuosa:

– Espacio: Los NNA deben tener un entorno seguro y apropiado para expresar sus opiniones.

– Voz: Deben recibir la información necesaria para que puedan articular su punto de vista.

– Audiencia: Sus opiniones deben llegar a personas con la responsabilidad de escucharlas.

Influencia: Asegurar que sus opiniones se tomen en serio y que se actúe en consecuencia.

Dónde poner atención

– La participación de NNA debe ser voluntaria. Debemos considerar que siempre tienen el derecho de decidir no participar, sin presión de los adultos. Es fundamental que entiendan bien el propósito de su participación, por lo que deben recibir toda la información necesaria para tomar una decisión informada.

– Siempre que sea posible, se debe permitir que los NNA lideren y definan el marco de su participación, incluyendo los temas a discutir. Los NNA tienen un conocimiento único de sus propias experiencias, por lo que sus contribuciones deben ser valoradas como expertas.

–  Los adultos que facilitamos el proceso, debemos tener presente cómo nuestras propias creencias y valores pueden influir en ellos y ellas. Es esencial que se permita a los NNA expresar sus propios puntos de vista sin la imposición de ideas adultas.

– Los adultos tendemos a dominar las discusiones, lo que puede inhibir a los NNA. Para evitar esto, debemos asegurarnos que los NNA cuenten con información clara y sencilla, permitiendo un espacio más equitativo donde se sientan empoderados.

– Los NNA son diversos en sus orígenes, creencias y situaciones. Es fundamental respetar y tener en cuenta sus diferencias, ya que podrían requerir de un enfoque especial para garantizar su inclusión.

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