La importancia de conocer a las niñas, niños y adolescentes

¿A qué nos referimos cuando hablamos de “conocer” a los niños, niñas y adolescentes en Acogimiento Residencial Terapéutico?

Cuando hablamos de «conocer» a los niños, niñas y adolescentes en Acogimiento Residencial Terapéutico, nos referimos a un proceso profundo, que va más allá de la simple identificación de sus datos personales o antecedentes, va más allá de lo que podemos encontrar en el papel de una ficha. Este conocimiento abarca varios aspectos esenciales para proporcionar una atención adecuada y personalizada a cada NNA que los ayude a resignificar, a reconocerse para situarse en su presente.

Indagar en sus gustos, sus intereses y motivaciones, sus necesidades, de dónde vienen, sus hábitos, sus rutinas, las vulneraciones vividas y los recursos que poseen. Mientras más sepamos sobre los NNA, más podremos apoyarlo en su regulación, ayudarles y conducirles mucho mejor.

Hablamos de respeto por sus experiencias y empatía, para comprender por qué actúan así, para entender cómo piensan y cómo podemos aportar a resignificar el daño.

Cómo me relaciono y cómo le ayudo a ese niño o niña a explorarse por dentro. Es un proceso que se construye entre el adulto y el NNA, es bidireccional. No obstante, debemos tener conciencia de la responsabilidad que implica poder influir en el otro u otra. Nuestra mirada y apreciación de ellos y ellas les permitirán construir su propia mirada de ellos mismos.

Ofrecer un ambiente emocional, afectuoso, solidario, de respeto y aceptación, donde se comprenda su sufrimiento por medio de espacios de conversación para diagnosticar el sufrimiento infantil, les entregará una base segura, que permitirá que puedan observarse íntimamente, reconocerse y valorarse.

¿Dónde poner atención?

Lo que es calificado como “conductas problemáticas» para los adultos a cargo, muchas veces ha sido la solución para niñas, niños y adolescentes, permitiéndoles sobrevivir. Es importante que tengamos presente que van a tender a repetir las conductas aprendidas en su contexto de vulneración, que son de alerta, defensivas y de sobrevivencia, por lo que desaprenderlas tomará tiempo y paciencia.

Cambiar su comportamiento es difícil y no es que no quieran, es que es complejo, porque han aprendido que bajar la guardia puede ser riesgoso.

No obstante lo anterior, niños, niñas y adolescentes son más que sus traumas. No se nos puede olvidar que no son sólo víctimas, son supervivientes, lo que implica fuerza, resiliencia y muchos recursos asociados para lograrlo. Reconocer esos recursos es parte de mostrarles su fortaleza y valía.

Darnos cuenta que NNA son mucho más que su historia de adversidad y reconocerles como personas con talentos, con sueños y con futuro; fomentar la reflexión y escucharles con honesta atención, les permitirá hacer frente a sus desafíos, encausar sus propósitos y tener expectativas sobre sí mismos/as.

Una mirada comprensiva y compasiva nos permitirá adaptarnos mejor a sus ritmos, sin exigirles más de lo que pueden dar.

Herramientas para alinearnos en las intervenciones

El fortalecimiento del vínculo con niños, niñas y adolescentes es fundamental para su desarrollo y bienestar. En este sentido, el Diagnóstico Clínico Especializado nos permitirá comprender mejor sus necesidades y desafíos, habilitándonos para conectar de forma más genuina y empática con ellos. Esta conexión nos dará pie para crear un entorno de confianza y apoyo, que facilite la intervención y el acompañamiento de manera efectiva.

Para lograr este objetivo, es esencial que los Cuidadores Terapéuticos, los Terapeutas, Residenciales, de Revinculación Familiar y Ocupacionales que trabajan diariamente con los NNA utilicen diversos canales de comunicación, tanto formales como informales. Estos canales, que van desde el correo electrónico, pasando por WhatsApp y conversaciones informales, que nos permitirán un flujo de información más ágil y efectivo, evitando que datos relevantes se pierdan por falta de comunicación oportuna.

Además, la implementación de una planilla de seguimiento, revisada y actualizada cada dos meses, donde se registre el cumplimiento de diagnósticos individuales, informes de avance y planes de intervención, nos permitirá un trabajo sistemático y coherente con los Planes de Intervención Individual Unificado (PII-U), asegurando que se evalúe de manera continua el progreso de los procesos de intervención.

Complementariamente, la realización de diversas reuniones técnicas y de análisis de caso, donde participe todo el equipo de intervención, facilitará el estudio y reflexión profunda sobre cada NNA y su entorno. Estas reuniones, realizadas de forma quincenal y complementadas con sesiones adicionales para casos más complejos, nos permitirán una intervención articulada y efectiva.

Finalmente, la integración de las y los Cuidadores Terapéuticos  en los análisis de casos y la utilización de una bitácora de casa, donde se registren las actividades diarias y situaciones relevantes, permitirá tener coordinación y coherencia en las intervenciones, garantizando que todos los profesionales involucrados estén informados y puedan actuar de manera alineada.

¡Fórmate con nosotros!

Sé parte de la comunidad PROTEGE y transformemos la vida de niños, niñas y adolescentes que han sido gravemente vulnerados.

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