Herramientas para enseñar a regular emociones y resolver conflictos

¿Por qué es importante enseñar a regular emociones y resolver conflictos?

Enseñar a los niños, niñas y adolescentes en residencias de protección a regular sus emociones y resolver conflictos es esencial para su desarrollo emocional y social. Las habilidades de regulación emocional permiten a los NNA enfrentar desafíos cotidianos, mientras que las técnicas de resolución de conflictos les ayudan a convivir de manera pacífica con sus pares y con el equipo residencial.

Estas habilidades son clave para una sana convivencia y preparan las y los adolescentes para su transición a la vida adulta​.

Este trabajo requiere una combinación de seguridad, enseñanza de habilidades, establecimiento de límites claros y la construcción de relaciones basadas en la confianza. Estas prácticas ayudarán a los NNA a desarrollarse emocionalmente y a convivir de manera más armoniosa.

En qué debemos poner atención

Seguridad emocional: Niños, niñas y adolescentes en residencias de protección han experimentado traumas complejos, por lo que pueden estar en situaciones de mayor vulnerabilidad. Debemos evaluar continuamente el nivel de riesgo de cada NNA y adaptar los planes de trabajo en función de las señales de riesgo. Estas señales pueden incluir agresiones, autoagresiones, ideación suicida, o conductas conductas que podrían estar en conflicto con la justicia. La seguridad es el primer paso antes de abordar cualquier tipo de enseñanza.

Adolescencia y conflicto: Es importante tener presente que las y los adolescentes están en una etapa de desarrollo en la que el conflicto es parte del proceso de crecimiento. Entender el conflicto como una forma en que las y los adolescentes intentan comunicar sus necesidades, a menudo de manera desorganizada, permitirá que gestiones mejor las situaciones para convertirlas en oportunidades de aprendizaje.

Comunicación y límites: Establecer normas claras y coherentes es fundamental para que las y los adolescentes aprendan a manejarse en situaciones nuevas. Las reglas deben explicarse y justificarse, y los límites deben ser consistentes. Las y los adolescentes deben comprender el porqué de los límites para que puedan interiorizarlos y respetarlos.

Buenas prácticas

Desarrollo de habilidades sociales y emocionales:

Es importante enseñar a niños, niñas y adolescentes cómo expresar sus sentimientos y pensamientos de manera asertiva, defendiendo su punto de vista sin desestimar el de los demás. Estas habilidades ayudarán a construir relaciones interpersonales saludables y les prepararán para enfrentar situaciones conflictivas de forma pacífica​.

Vincular el conflicto a la enseñanza:

En lugar de castigar a niños, niñas y adolescentes por no saber resolver conflictos, hay que proporcionarles herramientas para que aprendan cómo hacerlo. Esto implica enseñarles que existen maneras más saludables de expresar sus emociones y resolver sus problemas.

Establecer consecuencias claras y proporcionales:

Las consecuencias de no cumplir con las reglas deben ser lógicas y conocidas por todos los involucrados. Estas no deben ser excesivas ni ambiguas. Un ejemplo podría ser ajustar el horario de salida la próxima vez si un adolescente incumple el límite de hora de regreso​.

Mantener la coherencia en el equipo:

Es fundamental que quienes están en contacto con los niños, niñas y adolescentes mantengan un discurso unificado y coherente. Esto le permitirá a los NNA tener mayor claridad sobre el funcionamiento y las normas de convivencia de la residencia.

Fortalecer el vínculo y la autoridad:

La autoridad no se basa en imponer límites rígidos, sino en construir un vínculo de confianza. Para ello, los adultos deben ser consistentes en sus acciones, mostrar interés genuino y estar presentes tanto física como emocionalmente.

Fomentar la autonomía con límites:

Los límites no solo deben restringir, sino también guiar a los NNA hacia una mayor autonomía. Acompañar este proceso sin invadir su privacidad es clave para su crecimiento emocional​.

¡Fórmate con nosotros!

Sé parte de la comunidad PROTEGE y transformemos la vida de niños, niñas y adolescentes que han sido gravemente vulnerados.

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