¿Qué son las habilidades sociales?
El término de habilidades sociales incluye múltiples aspectos y comportamientos. Podemos entenderlas como un conjunto de capacidades que nos permiten interactuar de manera efectiva y apropiada en distintas situaciones sociales. Son habilidades esenciales para entablar relaciones interpersonales, para comunicarse e integrarse en diferentes contextos sociales. Facilitan la resolución de conflictos y la construcción de relaciones saludables.
Si bien existen muchas otras formas de definir las habilidades sociales, para nuestro trabajo enfocado en niños, niñas y adolescentes, las pensaremos como “habilidades para la vida”, como lo propone la Organización Panamericana de la Salud. Este planteamiento sostiene que son aptitudes necesarias para el desarrollo humano, puesto que permiten desenvolverse adecuadamente frente a los desafíos cotidianos, facilitan la interacción social, la resolución de problemas y la toma de decisiones, contribuyendo al bienestar emocional, social y físico.
Dónde poner atención
Desde este enfoque, entendemos que los niños, niñas y adolescentes son protagonistas de sus procesos de desarrollo y aprendizaje, con sus propios tintes y particularidades. Nuestro papel como cuidadoras y cuidadores en residencias de protección, consiste en guiarles y proporcionarles herramientas para el desarrollo y refuerzo del pensamiento reflexivo, crítico y constructivo, impulsándoles a la resolución de problemas, la toma de decisiones, el autoconocimiento y gestión de sus emociones.
Para esto, cada momento del día es una oportunidad de refuerzo de las habilidades para la vida. No olvidemos que la cotidianeidad es el espacio más generoso para transmitir valores, ya que cada una de nuestras acciones y palabras son una muestra de que siempre existe una alternativa amable de relación. Recordemos que la reiteración entrega seguridad y la repetición, enseña.
Cada una de nuestras acciones está destinada a empoderarles.
Promovemos, transmitimos pautas y estilos de comportamiento que les permitan afrontar diversas situaciones de la vida, a través de que habilidades actuarán como factores protectores.
Algunas habilidades sociales a trabajar son:
- Comunicación efectiva: facilita la expresión adecuada de pensamientos y necesidades, reduciendo la frustración y el aislamiento.
- Resolución de problemas: ayuda a enfrentar desafíos y adversidades con soluciones constructivas, evitando decisiones impulsivas.
- Manejo del estrés: permite gestionar la ansiedad de manera saludable, reduciendo comportamientos impulsivos.
- Empatía: fomenta relaciones interpersonales saludables y reduce la probabilidad de comportamientos violentos y agresivos.
- Pensamiento crítico: facilita la evaluación objetiva de información y situaciones, promoviendo decisiones informadas y responsables.
- Autocontrol: ayuda a regular emociones y comportamientos, evitando acciones impulsivas con consecuencias negativas.
- Relaciones interpersonales: Promueve la formación de relaciones de apoyo y positivas, protegiendo contra el aislamiento social y las influencias negativas.
Ideas para reforzar habilidades
Las competencias prácticas que ayudarán a los NNA a manejar sus vidas de manera competente y autónoma, sumado a las capacidades que les permitirán interactuar de manera efectiva y armoniosa con los demás, son las áreas que podemos reforzar mediante las siguientes sugerencias:
- Contar con un cargo específico para trabajar el refuerzo y desarrollo de habilidades, mediante la realización de las actividades cotidianas.
- Realizar talleres extraescolares, cuya diversidad permita trabajar diferentes ámbitos de las habilidades sociales. Es importante darles un propósito y vinculación. Por ejemplo, un taller de tejido se puede complementar con uno de emprendimiento.
- Aprovechar las instancias cotidianas para identificar los talentos o gustos de las niñas, niños y adolescentes y así potenciarlos. Podemos identificar por ejemplo el gusto por la cocina, la pintura, el bordado e invitarles a actividades que promuevan estos gustos.
- Entregar herramientas para visualizar un proyecto de vida y fortalecer habilidades que les permita ir asumiendo responsabilidades que se encaucen a dicho propósito.
- Guiarles en la gestión autónoma de trámites. Por ejemplo, solicitar horas de salud, realizar trámites para renovar su carnet o tarjeta TNE, organización de su presupuesto, etc.
- Abrirles la posibilidad de participar en iniciativas de voluntariado durante el verano.
- Entregar semanalmente tareas diferenciadas a niños, niñas y adolescentes. Designar a una o un responsable de la organización de la semana y de velar por que todas y todos cumplan con sus labores. Las actividades y responsabilidades se deben distribuir de acuerdo a las edades de NNA.